jueves, 12 de febrero de 2009

Nuevo Ministerio

Como consecuencia de la aprobación de la nueva Constitución y de las largas reivindicaciones del sector cultural, el hasta ahora Viceministerio de Desarrollo de Culturas que dependía del Ministerio de Educación, se ha convertido en Ministerio. Ostenta el nuevo cargo quien se ocupara del precedente y ahora se barajan los nombres para los viceministerios de la recién creada cartera: "de la Revolución Cultural" y "de la Descolonización Cultural".
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miércoles, 11 de febrero de 2009

La primera riada

Según la sabiduría popular paceña, febrero es el mes más lluvioso del año. Hasta ahora, la época de lluvias había sido condescendiente con la ciudad y no había perturbado su ritmo, solo interrumpido por chubascos imprevistos, ruidosos pero efímeros y siempre acompañados por granizo… hasta la noche del domingo.
La primera alerta fue un ruido ensordecedor que impedía la escucha de cualquier otra cosa. Gotas de agua gruesas como la semilla de un durazno caían si tregua. En cuestión de minutos desapareció el asfalto bajo una capa líquida que se precipitaba, cual río abajo, hacia la confluencia entre la avenida 20 de octubre y la calle Campos. No pasaban coches, algo extraño. Algún peatón osaba cruzar a pesar que el agua rompía con fuerza contra sus tobillos. Pronto desaparecieron las aceras y se desdibujaron las calles. De repente, la subida de la costanera se llenó de autos con sus pitidos inherentes, lo que me hizo pensar que la tromba los había retenido más abajo. Algunos intentaron girar por la avenida pero se vieron obligados a retroceder. El agua llegaba hasta las puertas y dudo que algún taxi no se inundara. El caos circulatorio duró más de lo habitual.
Me sentía segura en uno de los que dicen “edificios mejor construidos de La Paz” hasta que llovió sobre mi nuca. Tuve la suerte que el viento virara y salvaguardara una ventana que amenazaba estallar bajo el diluvio.
La mañana siguiente nos recibió con grandes bloques de granizo helado que no se deshicieron hasta la tarde y algunos amigos con pedazos de techo en la cama y las zapatillas convertidas en veleros.